Saludo a la bandera
L Lola Nobilia Plaza
M Augusto Ve
¿Bandera de la
raza simbólica bandera
Izada por dos manos halada de mujer,
Revives el milagro de las tres carabelas
Y anuncias hoy la aurora de un nuevo amanecer.
Yo inculcare a mis hijos, amor a ti, bandera
Que evocas con tus cruces la hazaña de Colón,
Yo inculcaré a mis hijos que el sol que en ti fulgura
Es símbolo radiante de paz y abnegación
Por ellos por mis hijos, yo te saludo insignia
Simbólica bandera que admiro con amor
Salve, símbolo augusto de paz y de concordia
Salve, bandera excelsa del capitán Camblor
Juramento a La
Bandera
Juro fidelidad a la Bandera Nacional,
símbolo de la unidad, justicia, libertad y
paz, invocando la protección de Dios y en
ejemplo de nuestros próceres, prometo
honrar a la Patria, servirla y defenderla
bajo un sólo propósito, para beneficio de
todos.
Oración del
Hondureño
Bendiga Dios la prodiga tierra en
que nací!
Fecunden el sol y las lluvias sus
campos labrantíos; florezcan sus
industrias y todas sus riquezas
expendan bajo su cielo de zafiro. Mi
corazón y mi pensamiento, en una
sola voluntad, exaltarán su nombre,
en un constante esfuerzo por su
cultura. Número en acción en la
conquista de sus altos valores
morales, actor permanente de la
paz y del trabajo, me sumaré a sus
energías; y en el hogar, en la
sociedad o en los negocios públicos,
en cualquier aspecto de mi destino,
siempre tendré presente mi
obligación ineludible de contribuir a
la gloria de Honduras.
Huiré del alcohol y del juego, y de
todo cuanto pueda disminuir mi
personalidad, para merecer el
honor de mejorar entre sus hijos
mejores. Respetaré sus símbolos
eternos y la memoria de sus
próceres admirando a sus hombre
ilustres y a todos los que
sobresalgan por enaltecerla.
Y no olvidaré jamás que mi primer
deber será, en todo tiempo,
defender con valor su soberanía, su
integridad territorial, su dignidad
de nación independiente;
prefiriendo morir mil veces antes
que ver profanado su suelo, roto su
escudo, vencido su brillante
pabellón.
Bendiga Dios la
prodiga tierra en
que nací! Libre y civilizada, agrande
su poder en los tiempos y brille su
nombre en las amplias conquistas
de la justicia y del derecho.
Canto a la Bandera
Autor: Augusto C. Coello E.
Oh! Bandera esplendorosa, Oh! Bandera Sacrosanta… Cuando
subes
Lentamente, Cuando subes majestuosa sobre el asta y a los
besos
Aromados de la brisa, te despliegas como un ala que se
tiende bajo el
Cielo, temblorosa y agitada, me imagino que de pronto en
un ímpetu
Iniciaras la parábola de un vuelo milagroso por la comba
inmensa y
Diáfana, y me finjo que es tu vuelo como el vuelo azul de
un águila sobre
Nieves sempiternas Sobre cumbres milenarias que los
siglos, que los siglos
y la nieve hicieron blanca.
Tú has cruzado los caminos de los astros aclamada por las
hurras de las
Épicas legiones el estrépito feral de la batalla, el
canglor de la victoria y los
aurcas estridencias de la fama….
Tú has cruzado los caminos de los astros a los vientos de
la guerra
Desplegada. por las manos del epónimo caudillo, que en
las gestas
Legendarias a galope victorioso por las cumbres o las
fértiles cañadas,
Frente al pasmo de los siglos escribiera, con los rayos
de su espada, la
Epopeya resonante de la Gloria, la epopeya de la Gloria y
de la Patria.
Te conocen las auroras sonrosadas, cuando en éxodos
errantes por los
Riscos y los páramos ondeabas, cobijando las cabezas de
los héroes que
En falanges apretadas y sonámbulos de sueños imprecisos,
con al planta
Ensangrentada iban siempre tras la Tierra Prometida en la
inútil ansiedad
De su esperanza.
En los rojos
mediodías a través de las ciudades domeñadas, por las calles
Tumultuosas bajo de arcos y guirnaldas, al estruendo de
las vivas y el
Clamor de las campanas, por las calles tumultuosas
triunfalmente
Desfilabas… en los rojos mediodías, que el incendio de
los soles abrillantan
Resaltaban los colores, tus estrellas, del combate entre
las rojas
Llamaradas.
Y te han visto los crepúsculos dolientes, de la noche
frente al ara, tras el
Termino sangriento de la lucha despiadada. Con los
pliegues desgarrados
Desmayada y macilenta sobre el asta, como garza adormecida
que ha
Ocultado al cabeza bajo el al.
Y al cuajarse sobre el campo los crespones de la noche
densa y vasta,
te han dorado los reflejos mortecinos de las trágicas ciudades
incendiadas.
Cuántas veces, cuántas veces de retorno hacia la Patria,
todavía
tembloroso y anhelante pleno el pecho de nostalgia
escrutando el
horizonte, en los ojos puesta el alma, tras el límite
indeciso de la tierra tras
el límite ondulante de las aguas con las ansias ardorosas
de un amante te
buscaba…
E invocando tus colores en mi cálido espejismo no
atinaba, presintiéndote
a lo lejos, si era el cielo con el mar, a la distancia
confundida, o eras tú,
Bandera mía, que en la playa como madre que amorosa
aguardaba al hijo,
me esperabas.
Oh! Bandera esplendorosa. Mi Bandera azul y blanco!
Cuando subes
lentamente, Cuando subes majestuosa sobre el asta, y a
los besos
aromados de la brisa te despliegas como un ala que se
tiene bajo el cielo,
temblorosa y agitada.
Cómo ansío en mis anhelos fervorosos que a los vientos
desplegados en tu
vuelo infinito, en tu vuelo prodigioso te elevaras tras
las cúspides más altas
de la Gloria, tras las cumbres más radiosas de la fama.
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